Este artículo, originalmente publicado en la Revista de Nutrición Hospitalaria (Nutr. Hosp. vol.37 spe 2 Madrid 2020, Epub 28-Dic-2020), es compartido en un momento crucial, justo antes del primer evento deportivo mundial que promueve una alimentación sostenible para atletas y personal de apoyo, respetando el medio ambiente. Este resumen nos ayuda a comprender el esfuerzo necesario para alcanzar nuestros objetivos globales de sostenibilidad.
EL DESAFÍO GLOBAL
Nuestro planeta enfrenta un desafío sin precedentes: para el año 2050, la población mundial alcanzará los 9.7 mil millones de personas y la demanda de alimentos aumentará un 70% respecto a la actual. La agricultura, ya agotada y afectada por el cambio climático, deberá abastecer a esta creciente población. Además, los niveles de desperdicio alimentario son alarmantes; si consideráramos el desperdicio como un país, sería el tercer mayor emisor de CO2, después de China y Estados Unidos. Es urgente transformar radicalmente nuestro sistema alimentario, ya que la alimentación es una herramienta poderosa para optimizar la salud humana y del planeta.
DEFINIENDO UNA DIETA SOSTENIBLE
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define las dietas sostenibles como aquellas con bajo impacto ambiental, que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional, y promueven una vida saludable para las generaciones presentes y futuras. Estas dietas protegen la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, económicamente justas, accesibles, asequibles, nutricionalmente adecuadas, seguras y saludables, y optimizan los recursos naturales y humanos. Aunque esta definición es clara, es difícil determinar una dieta sostenible en términos de composición alimentaria. La industria ha centrado su atención en la producción de alimentos con el menor impacto ambiental posible, pero actualmente se pone énfasis en modificar los hábitos alimentarios. Lo que comemos y cuánto comemos influye directamente en la producción, por lo que es crucial promover dietas beneficiosas tanto para la salud como para el planeta y comunicar estos mensajes efectivamente a los consumidores.
EL IMPACTO AMBIENTAL DE LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
La producción de alimentos impacta el medio ambiente en múltiples dimensiones: emisión de gases de efecto invernadero (huella de carbono), eutrofización (emisiones de fósforo y nitrógeno en el agua), uso de agua, uso del suelo, degradación del suelo y pérdida de biodiversidad. La emisión de gases de efecto invernadero basada en el análisis del ciclo de vida (LCA) es la dimensión más estudiada y fácil de cuantificar. Varios estudios indican que la reducción de emisiones derivadas del consumo de alimentos podría ser significativa en los países desarrollados. Estos resultados sugieren que dietas ricas en alimentos de origen vegetal, como verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, y con menos alimentos de origen animal, son mejores para la salud y tienen un menor impacto ambiental. Sin embargo, el potencial de reducción depende de la cantidad y tipo de carne y productos animales consumidos, así como de los sustitutos elegidos.
LA RESPUESTA DE UNA EMPRESA MULTINACIONAL
El esfuerzo por adoptar una alimentación más sostenible es multidisciplinar: los consumidores deben cambiar sus dietas, las administraciones deben priorizar políticas que promuevan una oferta sostenible y las empresas deben adaptar su oferta en consecuencia. Una compañía multinacional, dedicada a promover un estilo de vida sostenible, lanzó en 2010 un Plan para una Vida Sostenible (USLP) con tres objetivos principales:
1. Mejorar la salud y el bienestar de 1,000 millones de personas.
2. Reducir a la mitad su impacto ambiental.
3. Utilizar materias primas 100% procedentes de la agricultura sostenible.
A medida que el Plan para una Vida Sostenible llegaba a su fin en 2020, la compañía comenzó a trabajar en una estrategia ambiciosa de Nutrición Sostenible, promoviendo la estrategia "plant-forward", que enfatiza el consumo de alimentos vegetales sin excluir otros alimentos. Esta estrategia se traduce en:
- Aumentar y diversificar el uso de frutas y verduras.
- Desarrollar alternativas a la carne.
- Combinar ingredientes lácteos con otras opciones.
- Ofrecer más productos vegetarianos y veganos.
- Enriquecer productos con micronutrientes cuando sea relevante.
Las recetas también reflejan esta estrategia:
- Diseñar recetas con más vegetales variados.
- Enfatizar el componente vegetal en la comunicación de los platos.
- Ofrecer recetas con alternativas a la carne.
- Proporcionar recetas estándar 100% vegetales con opciones de añadir proteína animal.
Esta empresa, pionera en sostenibilidad, ha adaptado su portafolio de productos para incluir más del 30% de productos aptos para veganos, respondiendo a una tendencia creciente y transformando su oferta para reducir su impacto ambiental a través de diversas estrategias en empaque, fabricación, y transporte.
Este enfoque integral es crucial para enfrentar los desafíos globales y promover una alimentación sostenible que beneficie tanto a las personas como al planeta.