Medidas dietéticas para un corazón saludable

Se estima que al menos el 20 % de las personas adultas en las Américas tienen hipertensión y la presión arterial alta es el principal factor de riesgo de enfermedad cardiaca en la región y en el mundo.

Existe una gran relación entre la dieta y la presión arterial, siendo la reducción del consumo de sodio uno de los factores más ampliamente estudiados, así como el efecto de la alimentación en la evolución de la hipertensión arterial (HTA) de un individuo, por lo que otros factores implicados merecen nuestra atención, especialmente si reconocemos la necesidad de realizar.

Recordemos que la HTA es una enfermedad altamente prevalente en nuestro país por lo que debemos practicar medidas dietéticas que han demostrado estar asociadas con un mejor control de la HTA, tales como la reducción del peso corporal, la dieta rica en frutas y verduras, el mayor consumo de potasio y magnesio, la vitamina D, los ácidos grasos omega-3, los flavonoides y la disminución de la ingesta de sacarosa, fructosa, cafeína y alcohol.

Si usted presenta obesidad, considere además la distribución abdominal, expresada en términos clínicos como aquella que se presenta con un perímetro de cintura mayor a 90 cm en hombres y 80 en mujeres, ya que es el parámetro que mejor se correlaciona con la presión arterial.

Y por ello una disminución en el volumen del tejido adiposo visceral, lo cual se logra con pérdidas de peso de al menos un 5-10 %, conlleva un gran beneficio metabólico para el paciente hipertenso.

Un importante trabajo que abordó la visión multifactorial de la alimentación en la HTA es el estudio Dietary Aproach to Stop Hypertension (DASH), desarrollado en Estados Unidos. Se estudió a 459 individuos con y sin HTA, quienes luego de recibir durante tres semanas una dieta control clásica americana (baja en frutas, verduras y con alto contenido de grasa), fueron randomizados para recibir dos tipos de dieta: una dieta con alto aporte de frutas y verduras o la dieta DASH, que además de frutas y verduras aportaba alto contenido de productos lácteos descremados

Luego de ocho semanas de seguimiento, el grupo con la dieta DASH fue el que presenta mayor beneficio en su presión, reduciendo más que la dieta control típica americana y que la dieta que solo aportó frutas y verduras. En pacientes hipertensos, los resultados fueron aún más pronunciados ya a las dos semanas de intervención, obteniendo un efecto antihipertensivo comparable al tratamiento farmacológico con monoterapia en HTA. Además, en pacientes sin HTA, las cifras de PA también disminuyeron, dando especial relevancia a la dieta DASH para la prevención primaria de esta enfermedad.

Una dieta alta en sal (lo que conlleva a un aumento de ingesta de sodio) se asocia con un aumento de la presión arterial, incluso en personas sanas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta de sodio de menos de 2 g/día, equivalente a 5 g/día de sal en adultos, lo que equivale a menos de una cucharadita de sal por día.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) también reconoce la importancia de impulsar políticas efectivas para reducir la ingesta de sal, fomentar la actividad física y continuar avanzando en la prevención y el control del tabaquismo.

Finalmente, es importante recalcar que en época de pandemia por el virus SARS-CoV2, cuando todos los esfuerzos son dados por el personal de salud comprometido y el Gobierno nacional genera las mejores políticas en medio de la contingencia a pesar del impacto económico y social, vemos un número de muertes reportadas en el mundo, pero no logra igualar o superar lo descrito por las enfermedades crónicas, en especial las cardiovasculares y el cáncer.

Debemos hacerle frente común al COVID 19, pero no podemos descuidar la prevención, el diagnóstico oportuno y el tratamiento nutricional adecuado de las enfermedades cardiovasculares, como principal causa de morbimortalidad, es responsabilidad de todos cuidar nuestra salud por medio de la alimentación.

Ver original