Los niños japoneses son campeones en salud

Japón tiene la tasa de obesidad más baja de la OCDE y la UE

Japón ha logrado el éxito de excelentes indicadores para la nutrición y la salud de sus niños manteniendo además una incidencia muy baja de la obesidad. ¿El secreto? El almuerzo escolar.

Un informe del Fondo de la ONU para la infancia (UNICEF) publicado este martes, coloca a Japón en el primer lugar para la salud infantil, con baja tasa de mortalidad y un pequeño número de niños con peso insuficiente.

El país también tiene la tasa de obesidad infantil más baja entre las 41 naciones desarrolladas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Unión Europea.

Según los expertos, varios factores entran en juegos, entre ellos la atención particular que prestan los japoneses a la salud, los controles médicos regulares organizados para los niños y, sobre todo, el papel clave del almuerzo escolar.

“En todas las escuelas primarias y en la mayoría de los colegios de Japón se sirven almuerzos cuyo menú está decidido por nutricionistas”, explica Mitsuhiko Hara, pediatra y profesor en la Universidad de Tokio Kasei Gakuin.

Los almuerzos son obligados, los platos o los bocadillos llevados de casa no están autorizados. La mayoría no son gratuitos, pero están muy subvencionados.

Cada comida está preparada para incluir cerca de 600 o 700 kilocalorías repartidas de manera equilibrada entre glúcidos, carnes y verduras.

Como ejemplo, una comida escolar de la región de Gunma (centro): arroz con pescado asado y un plato de espinacas y semillas de soya servidos con sopa de miso con cerdo, todo acompañado de leche y ciruelas.

“El almuerzo escolar está estudiado para brindar elementos nutricionales que suelen faltar en la comida consumida en casa” señala un responsable del Ministerio de Educación, Mayumi Ueda.

Estos almuerzos no sólo sirven para alimentar a los niños sino también para educarlos.

“Hay un anuncio audio diario difundido en la escuela para explicar los elementos nutritivos incluidos en el almuerzo del día. Es una buena forma de educar a los niños”, según Hara.

En las escuelas primarias, los alumnos utilizaban imanes con imágenes de alimentos que colocan en diferentes categorías en un cuadro en blanco, aprendiendo así a distinguir, por ejemplo, las proteínas de los glúcidos.

“La ley dispone que el almuerzo escolar debe ser una parte integral de la educación” dice Ueda. “No se trata solamente de alimentar: los niños aprenden también a servir los alimentos y a levantar la mesa ellos mismos”.

El Gobierno estudia todos los años la nutrición y las costumbres alimentarias y utiliza los resultados de esos estudios para adaptar los almuerzos escolares, agrega Ueda.

La práctica del almuerzo escolar se remonta en Japón a 1889, cuando se distribuían boles de arroz y pescado asado a los niños pobres de la prefectura de Yamagata, en el norte del archipiélago.

El programa se amplió al resto del país luego de la 2ª guerra mundial para luchar contra la malnutrición infantil en una época de grave escasez de alimentos.

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